Los
ecosistemas están compuestos por organismos que transforman y transfieren
energía y compuestos químicos. La fuente energética inicial para todos los
ecosistemas es el sol. Los productores primarios son los organismos que
constituyen la entrada de energía en los ecosistemas, usando la energía solar
para transformar el agua y el CO2 en hidratos de carbono. Todos los demás
organismos de un ecosistema son mantenidos por esta entrada de energía.
Existen
dos grandes grupos de organismos que dependen de los productores primarios: los
consumidores son aquellos que obtienen su energía y nutrientes a partir de
organismos vivos, mientras que los descomponedores son los que satisfacen esas
necesidades a partir de organismos muertos.
Cadena Trófica |
En un ecosistema estos tres tipos de organismos
están relacionados entre sí porque unos se alimentan de los otros, y ese
conjunto de relaciones es lo que constituye la estructura trófica del
ecosistema. El conjunto de todos los organismos que se nutren del mismo modo se
denomina nivel trófico, de modo que podemos decir que la estructura trófica de
un ecosistema es el modo en que se relacionan entre sí sus diferentes niveles
tróficos. Como los distintos niveles tróficos se alimentan unos de otros,
podemos relacionarlos entre sí formando una cadena trófica.
En los
ecosistemas surgen dos principales atributos que les son propios y que van a
ocupar la mayor parte del tema: (1) la captación de la energía radiante y su
transferencia entre distintos organismos y (2) la circulación de materiales
(nutrientes) a través de distintos grupos de organismos en su interfase con el
suelo y la atmósfera.
Flujo
de Energía
La
energía solar incidente es captada parcialmente por las plantas verdes y
transferida como forraje a los herbívoros, como presas a los carnívoros, y como
materia muerta desde cualquiera de esos componentes a los descomponedores.
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